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Para las personas con discapacidad es complicado ir a la playa en silla de ruedas. Las sillas anfibias se han creado para favorecer su movilidad, siendo un elemento indispensable de las playas accesibles.
Las sillas de ruedas anfibias están diseñadas no solo para entrar en el agua, sino para desplazarnos por la arena.
Sus ruedas grandes permiten movernos por terrenos difíciles de arena seca y mojada.
En cuanto al agua, las sillas anfibias para discapacitados son sumergibles, resistentes al mar y al agua de la piscina. Sumérgete con la silla de ruedas sin temor a la corrosión.
Existen varios tipos de sillas anfibias para minusválidos. ¡Te los contamos!
Muévete por donde quieras sin necesidad de depender de otra persona. Desinfla un poco las ruedas para desplazarte más fácilmente por la arena.
La silla anfibia para playa Trial está preparada para el mar, pero también la puedes usar en tu día a día o en una excursión para el campo. ¡Es una silla de ruedas todoterreno!
Sillas anfibias que se desplazan por la arena gracias a un acompañante. El usuario no se puede mover de forma autónoma.
Hablamos, por ejemplo, de la Tumbona Oceanic.
Son las más comunes en las playas accesibles. Flotan cuando están dentro del agua y para el usuario es una experiencia muy agradable.
Recomendamos no usar nunca esta modalidad de sillas anfibias como una embarcación, ni como remolque ni alejarse mucho de la orilla. La silla Anfibia Oceanic es una de las más solicitadas.
Si tienes preferencia por quedarte por la orilla o quieres nadar por tu cuenta, esta es la indicada.
Como amante de la aventura, echa un vistazo a la silla anfibia Hippocampe para la playa, campo o nieve. Además, es una silla de ruedas anfibia para discapacitados autopropulsable.
Aunque las sillas anfibias resisten el agua perfectamente, ya que son sumergibles, hay que tener mucho cuidado con la sal, la arena y el cloro si vamos a utilizarla en una silla.
Para el mantenimiento de tu silla anfibia, lava con agua dulce la silla de ruedas de playa después de cada baño.
Cuando la vayas a guardar para la próxima temporada, asegúrate de que está totalmente limpia y seca. Solo así nos aseguraremos que está perfecta para el próximo verano.
Si resulta que no necesitas una silla de ruedas de playa, pero sí una pequeña ayuda porque tienes la movilidad afectada, tenemos muletas para la playa, preparadas para resistir la arena, la corrosión y que, además, flotan en el mar.
Pero, si lo que te gusta es pasear por la arena, la mejor opción son los andadores para la playa.
Cuando llega el buen tiempo a todos nos apetece ir a la playa y el hecho de que seamos usuarios de silla de ruedas no debe ser motivo para no poder disfrutar igual que el resto de unos baños en nuestra playa favorita.
Gracias a las sillas anfibias, los mayores, personas con discapacidad y con movilidad reducida, tienen ahora la oportunidad de pasar un estupendo día de playa con comodidad y, sobre todo, con seguridad.
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Las sillas de ruedas anfibias son sillas de ruedas preparadas para la arena y para su uso en el agua, tanto en el mar como en la piscina. Gracias a las sillas anfibias las personas con movilidad reducida pueden disfrutar más del verano y de un buen chapuzón.
Podemos clasificar las sillas anfibias en dos tipos: la que es manejada por el acompañante o aquellas con ruedas autopropulsables, que es el mismo usuario quien se desplaza. Un ejemplo de esta última es la silla anfibia Trial Playa.
Las sillas anfibias están fabricadas con materiales anticorrosivos e inoxidables, para que no se vean dañadas por la arena y la sal del mar o el cloro de la piscina. De todos modos, recomendamos limpiarla y secarla bien cuando vayamos a guardarla.
Lo primero que debemos saber es dónde la vamos a usar, si en la playa o en la piscina. Si la vamos a usar en la playa, lo mejor es que tenga ruedas grandes para poder desplazarla con mayor facilidad. Aunque, también debemos tener en cuenta la densidad y tipo de arena, ya que si la arena es más bien plana y dura, resulta más sencillo desplazarse.
Las sillas de ruedas anfibias están fabricadas con materiales resistentes a la corrosión, pero es recomendable limpiarla y secarla bien antes de guardarla. Almacénala en un lugar seco cuando acaben los meses de verano.
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